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martes

Algunas ideas sobre la dignificación de la escuela



Suspendí mi educación cuando tuve que ir al colegio”

George Bernard Shaw
Escribir sobre la dignificación de la escuela implica profundizar en el tema del sistema educativo en general. El mismo es una maquinaria incongruente que se alimenta de las desigualdades socioeconómicas, mercantilista y clasistas que el Estado ha creado. El sistema educativo en Colombia, requiere de una dignificación de la escuela, entendida la misma como una elevación moral y sustancial de todo el sistema educativo. 

Ello implica pensar en un proyecto de desarrollos de nación, sostenible en términos económicos reales, reconstructivos y prospectivos. El Estado debe recordar que es el primer ente que educa en todas sus acciones. Dignificar la escuela, es hacer entender a todos los estamentos sociales, la importancia de reingeniar el sistema educativo y proyectarlo como una prioridad política de Estado y no como un tema más dentro de la agenda política de cada gobierno. 

Para comenzar podemos decir, que la dignificación de la escuela comienza con la dignificación de la profesión docente, la cual ha sido deshumanizada y desclasificada socialmente por el estado mismo, la sociedad y los medios masivos de comunicación que la flagelan sin par. 

Promover una reparación ética requiere mayor iniciativa por parte del estado, mayor conciencia por parte de la sociedad y mayor asertividad en el trato y en el fomento de un buen status mediático. Los medios de comunicación deben promover una imagen favorable, que ayude a honrar y no a deshonrar la profesión docente.
Pero la profesión docente, también requiere que exista una colegiatura fuerte y sólida con fines e intereses que apunten al beneficio colectivo nacional, sin sectarismos, sin favoritismos ni partidismos. Los docentes deben ser conscientes que los primeros agentes de cambio son ellos mismos. 

Pero para ello deben ser capaces de reconocer sus debilidades gremiales, aprovechar sus fortalezas y ser capaces de reconstruir una nueva colegiatura que impacte a la nación.
Solamente así, todos los sectores de la sociedad reconocerán la dignidad de la profesión docente y la respetaran todos los gremios. Cuando esto ocurra, la dignificación de la escuela será posible, porque existirán auténticos líderes capaces de demostrar que son idóneos para forjar verdaderos cambios. Ni la sociedad ni el estado ni el mundo entero han olvidado que educar es dar ejemplo sin cesar.

Así mismo, dignificar la profesión docente, requiere igualmente, de una urgente transformación presupuestal liderada por el estado y que la misma pueda ser evidenciada en mejores condiciones salariales, aumentos en las garantías prestacionales y capacitaciones continuas para que todos los docentes del país estén actualizados.
Hacer estos avances, es contribuir a la calidad de vida de quienes educan a la nación, la calidad educativa, comienza por la calidad en el bienestar de los maestros. Un maestro con hambre, nunca será un buen maestro.
La dignificación de la escuela, también requiere de la calidad de la educación, el cual es uno de los factores de grandes y abismales desigualdades en Colombia. Mientras que el estado, no ofrezca una cobertura total, vanos serán todo tipo de esfuerzos. Mientras el estado no avance hacia una política educativa de derechos, no podrá existir calidad en la educación. 

La dignificación de la escuela, debe excluir la inequidad e incluir la equidad, debe eliminar el elitismo e instaurar el pluralismo, debe pensar en un desarrollo digno de la escuela menos centralizado y más regionalizado. Retomar los proyectos educativos, que requiere la realidad del país y desechar aquellos que no corresponden a esta misma realidad.
La particularidad de ciertas regiones nacionales, requieren la adaptación de diferentes enfoques. En este sentido, la dignificación de la escuela tiene que ser más realista y menos idealista para que podamos generar nuestra teorías y metodologías de estudio, que enfaticen en la ciencia, se consoliden en la investigación y profundicen en la tecnología e, incentiven la creatividad y la innovación en cada una de nuestras múltiples realidades nacionales.