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martes

Documentos de Interes para TOK


Los siguientes documentos estan enumerado y son de especial Interes para los estudiantes de Teoría del Conocimiento

DOCUMENTO No 1

«La honestidad académica es la base del Bachillerato Internacional»

«España, con 50, es el segundo país europeo, tras Inglaterra, en número de centros y el cuarto del mundo»

Eduardo Sánchez Rodríguez es el único español que ha sido nombrado coordinador de uno de los talleres -en su caso el de Historia- del Bachillerato Internacional (BI), enseñanza que en Asturias se imparte en el colegio de Meres, en el que Sánchez da clases de la misma asignatura, y en el Instituto Jovellanos de Gijón. El BI, impulsado por la ONU a través de la UNESCO, cuenta con 1.900 centros en 124 países de los cinco continentes, en los que estudian 488.000 estudiantes. Se cursa en los dos últimos años de la enseñanza no universitaria (16 a 18 años). Los alumnos deben examinarse en uno de los tres idiomas oficiales reconocidos: francés, inglés o español.
-¿Qué supone para un profesor de Historia este nombramiento?
-Hasta el pasado mes, que fue cuando me lo comunicaron, yo era examinador del BI. Me sorprendió el nombramiento. Es una gran satisfacción personal y profesional
-¿Cuántos centros imparten ese bachillerato en España?
-Cincuenta. Sorprendentemente, es el segundo país europeo, tras Inglaterra, en número de centros y el cuarto del mundo, tras Estados Unidos, Inglaterra y Canadá. Creo que ahora ha solicitado otros tres. Parece que Blair ha comunicado a la Organización del Bachillerato Internacional (OBI) que el Reino Unido adoptará el BI en al menos un centro público de cada localidad del país.
-¿Cuáles son las ventajas de cursar el BI?
-El BI no abusa de contenidos pero implica a los alumnos a través de trabajos, les enseña a pensar y a razonar por sí mismos. El alumno de BI es trabajador y organizado. El planteamiento de la enseñanza es anglosajón pero el programa no es servil al criterio de ningún país. El candidato a conseguir el diploma no tiene por que ser un estudiante «de 10». Lo más importante es la preparación. Se conjuga el planteamiento memorístico con la reflexión, se le acostumbra a trabajar con plazos. Suelen hacer muy brillantes exámenes de Selectividad y llevan mejores herramientas para adaptarse a la Universidad.
-¿En qué principios se apoya este bachillerato?
-En la máxima honradez. Al director del centro, a los alumnos, a los profesores y a los padres se les advierte de la máxima importancia que tiene respetar la honradez académica. No se puede copiar, no se puede dejar copiar y, sobre todo, no se debe plagiar. Si un centro es sorprendido en una de estas faltas, la primera vez se apercibe al director y si hay una reincidencia, se rompe el vínculo con el centro. La seriedad y profesionalidad por parte del OBI es total.
-Otro de los aspectos que se destaca del BI es el de las notas.

-Un alumno del Bachillerato Internacional no puede quejarse de la nota recibida. Se tiene en cuenta la opinión del profesor, la del examinador y la de los moderadores, que corrigen a los calificadores. Están muy supervisadas.

BIBLIOGRAFÍA

http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1484_46_471915__SociedadyCultura-honestidad-academica-base-Bachillerato-Internacional


DOCUMENTO No 2

Aspectos éticos del plagio académico de los estudiantes universitarios

Héctor Cerezo Huerta (1)

El plagio, crimen capital de la comunidad académica,
mina el desarrollo y la transmisión del conocimiento,
que es la razón de ser de la Academia.
EDWARD WHITE


Si partimos de la idea básica de que aprender implica, ante todo, cambiar lo que ya se sabe, y que una actitud educadora bien puede tratar de desarrollar al máximo las capacidades del alumnado en un ambiente que le permita alcanzar las condiciones para elegir con conocimiento de causa entre varias opciones, entonces tenemos que es imprescindible compartir y justificar la construcción de valores que normen la actividad académica de los futuros profesionales. A fin de cuentas, los valores son los lentes a través de los cuales conocemos el mundo y habitamos en él. Por tanto: además de no existir una sociedad sin valores, lo importante es preguntarnos qué tipo de valores existen en cada sociedad y qué función cumplen; es decir, promover la reflexión ética respecto a comportamientos específicos en los alumnos, tales como distinguir entre las producciones académicas propias y ajenas, y trascender sobre las consecuencias e implicaciones del plagio académico en la vida estudiantil y profesional.

Para efectos de este escrito, considérese al plagio como la acción de hacer pasar como nuestros, ideas o textos que pensaron otros y que nos fueron transmitidos por ellos, bien por escrito, bien oralmente o por algún otro mecanismo de comunicación. El plagio se consuma en dos circunstancias particulares, éstas son: cuando usamos las ideas textuales de otro y no las colocamos entre comillas, o cuando no damos a quien nos lee o nos escucha, la indicación suficiente como para que sepa de qué autor, libro, documento o circunstancia fue tomada la idea ajena. Para ser completamente claros: el plagio se considera como el hurto del trabajo intelectual de otra persona. Entre las múltiples causas por las cuales los estudiantes cometen este error puede identificarse el creer que las ideas “son de todo el mundo” así como una inadecuada y pobre metodología para saber citar.


Un perfil académico y laboral para el siglo
XXI no se concibe sin un pleno dominio de la lectoescritura en lengua nativa y en una segunda lengua. Pero, además, leer y escribir bien, respetando lo propio y lo ajeno, constituyen un requisito esencial para el ejercicio de una ciudadanía crítica. Es ya lamentable observar las formas de comunicación en el trato diario empleadas por muchos estudiantes universitarios, mismas que se han convertido en una jerga plagada de incorrecciones idiomáticas: vulgarismos, barbarismos, muletillas, pleonasmos o comodines, como para todavía combatir intensamente el manejo incorrecto de la información académica.

Este hecho me hace recordar que entre los griegos se consideraba al valor como aquello digno de ser seguido o imitado. La fuerza, la honestidad, la valentía o la sabiduría fueron modelos de lo que el hombre debería ser. En este sentido, cada época tiene sus propias problemáticas y sus retos específicos. Algunos considerarán que este tipo de dificultades académicas no se presentaba antes y quizás hasta se sientan tentados a parafrasear la historia como “todo tiempo pasado fue mejor”, mientras que por el contrario otros lo explicarán simplemente como cambios de un tipo de estudiante a otro; cambios a los que debemos acostumbrarnos los docentes. Mi parecer es otro, si bien no todo tiempo pasado fue mejor, aunque el escritor y cineasta Fernando Vallejo dice que así es porque “él antes era más joven y había menos ríos convertidos en alcantarillas”, también es cierto que ser indiferentes a problemas tan palpables y comunes como el que nos ocupa, puede ser una fuente de insatisfacción para los involucrados, sean éstos maestros, alumnos o investigadores.

No todo tiempo fue mejor; pero sí cada época y cada sociedad tiene sus propios problemas. Esta situación no es ajena al campo educativo, particularmente a la necesidad de desarrollar en los estudiantes las habilidades de búsqueda y análisis de información, redacción avanzada así como difusión y divulgación científica. Valga como ejemplo la situación descrita por McCabe,1 de la Rutgers University de New Jersey, quien reportó un estudio llevado a cabo en veintitrés facultades de los Estados Unidos, en el que concluyó que al menos cuatro de cada diez universitarios plagiaron trabajos de la red en el último año. Estos mismos estudiantes universitarios admitieron haber plagiado durante el último año en al menos una ocasión algún tipo de información procedente de Internet.

Así, 38% de los estudiantes encuestados reconocieron haber realizado algún tipo de actividad de “copiar y pegar” en la red, ya sea parafraseando, copiando algunas frases o, incluso, párrafos enteros, sin citar nunca la fuente. Uno de los hechos más relevantes del estudio de campo radica en que casi la mitad de los estudiantes consideró dicho proceder habitual o, por lo menos, banal, y no lo equiparó de modo alguno con algún comportamiento de deshonestidad académica.


Esta problemática del plagio académico en los estudiantes exhibe como núcleo central la inhabilidad en el manejo ético de la información e ignorar la necesidad de la presentación exacta de los hechos y las ideas. La ética en la investigación científica y más específicamente en la producción académica de los futuros profesionales requiere que, con el acceso a la misma información y conocimiento, otros puedan alcanzar razonablemente las mismas conclusiones que el escritor del texto sin necesidad de minar el núcleo de la academia. El autor o autores de un trabajo, por modesto que éste sea, debemos estar también conscientes de que nuestro papel de alguna manera también compromete a una institución.

Por lo tanto, la conducta en la búsqueda de información debe estar regida por normas éticas que nos permitan mantener en todo momento el respeto a los demás, la congruencia en nuestras acciones y la rigurosidad en la honestidad de la investigación científica.
¿Por qué buscar e insistir en la honestidad académica en los estudiantes? La respuesta a la pregunta es bastante obvia. Si no hay honestidad académica, el alumno está proyectando una imagen de conocimiento que en general no corresponde a la realidad de lo que auténticamente está en su estructura cognitiva. La deshonestidad académica es una forma de engaño y, sobre todo, una forma de autoengaño. El comportamiento deshonesto erosiona, desde la base, el propósito educativo de nuestra actividad. El concepto de honestidad por su carácter ético podríamos suponer que se encuentre sobreentendido en nuestros alumnos, sin embargo algunos años de experiencia como facilitador me han convencido de que esta suposición no es del todo acertada. Existe deshonestidad académica obvia y grave por fortuna sólo en pocos casos observada, y existe también deshonestidad académica incidental o inconsciente en muchos casos. Para mí como profesor, la gran pregunta es: ¿cómo les hablo de honestidad académica a mis alumnos? L

os maestros moralistas nunca me han impresionado, no obstante la brillantez de sus ideas. En mi experiencia sólo aquellos maestros que mostraron un compromiso y congruencia profesionales y crearon una atmósfera intelectual así como pedagógica de alto nivel, lograron eliminar o disminuir la deshonestidad académica. En el nivel superior de educación queda claro, entonces, que existen grandes posibilidades de aprendizaje y al mismo tiempo grandes posibilidades de fraude. En cierta manera confiamos en que la mayoría de los estudiantes están conscientes de su obligación de aprender además de la necesidad de obtener un título.

Nuestra función educativa no puede ser limitada con diseños policiaco-educativos que, más que enseñar, aseguren que ningún alumno actúe fraudulentamente. Siempre confiamos en que la conducta ética de los estudiantes esté basada en la libre aceptación de reglas de comportamiento que no se pueden imponer por la fuerza de una autoridad.
Es importante consolidar nuestra labor de difusión y divulgación científica a través del cultivo de ideas en los alumnos, ya que el aspecto principal para realizar la redacción de un escrito es, precisamente, la existencia de una idea y la motivación de expresar un interés personal, académico o profesional. Conforme se va analizando la idea y estableciendo los puntos a analizar se puede definir un esquema general en el cual se determine la idea principal y las ideas complementarias que faciliten la estructuración de un desarrollo coherente de lo que se quiere expresar.

Esta actividad puede resultar muy difícil para aquellas personas que no han desarrollado lo suficiente la capacidad de expresarse por escrito, o peor aún, que no tienen la posibilidad de acceder a servicios educativos. Esta dramática situación puede ejemplificarse de manera más clara si acudimos a datos reportados por el INEGI2 a propósito del XII Censo General de Población y Vivienda en los cuales encontramos que en un país como el nuestro, en donde se presentan grandes desigualdades económicas, y uno de los mayores índices de analfabetismo a nivel mundial, más de 2.4 millones de niños entre 6 y 14 años y casi 6 millones de mexicanos adultos no saben leer ni escribir. También es uno de los países con el índice más bajo de libros leídos al año, sólo entre 1 y 2 libros per cápita, además de contar con pocas bibliotecas, las cuales por lo general son de baja calidad (pocos libros, libros viejos y mutilados). Por otra parte, puede ser muy difícil para nosotros los maestros detectar si un alumno está escribiendo brillantemente o sólo está copiando textualmente ideas de un autor que pudiéramos no conocer o del que simplemente no recordamos sus palabras con precisión. Es arduo determinar si el alumno está copiando el trabajo de un compañero. Es imposible identificar cabalmente si en un examen el alumno fue ayudado por otra persona o si lo realizó con sus propios recursos. Si el alumno escribe brillantemente no vamos a dudar de la originalidad de su lenguaje o entrar en sospechas de autenticidad. Si el alumno muestra desarrollos impecables en su lógica y en su notación será para nosotros los tutores más motivo de alegría que de duda. Si el alumno por su parte se frota las manos porque ha logrado pasar por alumno ejemplar sin ser descubierto pensemos: “peor para él”. Desprenderse de la necesidad de reconocimiento social no es fácil. Este esfuerzo es perenne para estudiantes y maestros por igual. Cuando el ego no gasta la energía psicológica en proteger su imagen e invierte esa energía en actos de aprendizaje, entonces conocimiento sólidamente integrado, permanente y verdadero sigue como consecuencia.

REFERENCIAS

1 McCabe DE. Faculty and Academic Integrity: The Influence of Current Honor Codes and Past Honor Code Experiences, Research in Higher Education 3 (2003) 367-385.
2 INEGI, XII Censo General de Población y Vivienda, 2000. Tercer Informe de Gobierno, 2003.

Héctor Cerezo Huerta, Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad Juárez. hector.cerezo@itesm.mx

(1) Documento de Elementos No. 61, Vol. 13, Enero - Marzo, 2006, Página 31 verificable en la siguiente dirección: http://www.elementos.buap.mx/num61/htm/31.htm

Documento No 3

EL FENÓMENO DE LA PERCEPCIÓN


La percepción es la síntesis resultante de una serie de procesos entre los que cabe destacar la información y sensaciones recibidas a través de los sentidos, las experiencias vividas, la propia personalidad un sentido difuso de lo que esperamos y pedimos de la vida y todas esas expectativas personales. La percepción, al igual que el aprendizaje, debe inferirse a partir de la actuación del individuo ya que no es directamente observable. Podemos definir entonces la percepción, como un proceso de organizar e interpretar los datos sensoriales que entran a desarrollar la conciencia del yo y del entorno a través de los sistemas de la visión, audición, somatosensorial, químico y propioceptivo. Al lado de éstos, es importante tener en cuenta y destacar, la importancia de factores importantes como es el papel de la maduración fisiológica, que hace posible todo el complejo de la percepción y, que ha sido manifiesto en situaciones que han intentado estudiar el desarrollo y la organización perceptiva en los niños.

E l fenómeno de la percepción se considera como un proceso activo en el que interviene toda la personalidad del individuo aunque, en muchas ocasiones, este no parezca darse cuenta de su participación, lo cual ocurre en muchas facetas de la vida, donde los automatismos de los hábitos y costumbres adquiridas, hacen que no tenga plena conciencia de la propia actuación.

Hay dos factores que influyen en la percepción: 1.) las señales externas ( estímulos).El interés de los estímulos externos sobre el desarrollo perceptivo surgió durante los comienzos del desarrollo de la psicología de la Gestalt. Los Gestaltistas se dieron cuenta de que los estímulos permitían el inicio de algo más que la simple sensación. Establecieron que la totalidad de una situación de estímulo era más que la suma de sus partes por separado. 2) Señales internas (factores personales), cómo la persona atiende a los estímulos poniendo un mínimo de atención al estímulo para que se de la percepción a través de los procesos cognoscitivos. Por ejemplo, la motivación, la experiencia pasada o las expectativas en un momento dado, pueden actuar como señales internas.

FIGURA Y FONDO

Antes de que pueda preguntarse lo que es un objeto, es necesario separarlos de su fondo en general, los mundos visuales se estructuran en figuras y fondos. Si se enfoca un cuadro, destacará de la pared. Cada vez que observa lo que constituye el entorno, la tendencia consiste en ver objetos o figuras contra un contexto o fondo.

Esto es lo que hacen los sistemas perceptuales ( que parece ser , en gran medida innato) y no algo que exista en el mundo. La figura no sólo aparenta poseer las fronteras; también aparecen contra el fondo, vividas y con formas definidas. El mismo objeto puede interpretarse como figura o como fondo ( ver la imagen de la copa) esto se ve con claridad, nótese como fluctúa la figura, puede observarse un florero ó una copa y, a su vez dos caras una frente a otra. Las reversiones ocurren de manera espontánea y son difíciles de controlar; sin embargo, mientras el cerebro y los sentidos funcionen de modo normal, el mismo estímulo no puede verse como figura, y como fondo todo al mismo tiempo. No siempre se observa que la figura emerge del fondo de manera inmediata, cuando vemos paisajes distantes, puede tardar un poco la percepción de las figuras.

AGRUPACIÓN

Por lo general las personas tiene una tendencia a estructurar los estímulos dentro de un contexto y este hecho parece reflejar una influencia cultural.Un aspecto de la percepción de los objetos implica el "agrupamiento" separado de elementos, y tratarlos como una unidad. Siempre hay formas alternas de agrupar elementos separados. Si se está en una montaña, un día de otoño, viendo los árboles, estos pueden agruparse en conjuntos según los colores o según las variedades. Como sujetos que perciben, hay una continua elección entre agrupamientos alternos. La forma como se agrupa depende de las propiedades de los elementos y del modo como están dispuestos. Hay varios principios generales en la agrupación, que son:

  • Proximidad: Por este principio, suelen verse formando grupos de objetos que están próximos unos a otros. El observador no los considera como figura aislada sino como conjunto o agrupación.(véase imagen de rayas horizontales paralelas)
  • Semejanza o Similitud: Ante una variedad de objetos, el principio de semejanza expresa la tendencia a agrupar aquellos que son parecidos en su forma, tamaño o alguna otra propiedad.
  • Simetrías: Los elementos visuales que constituyen formas regulares, simples y bien equilibradas se consideran pertenecientes al mismo grupo, o sea la propiedad simétrica.
  • Destino común: Cuando un grupo de objetos parecen moverse juntos se perciben como formando un todo.
  • El Cierre: Se define como el llenar un vacío en la información. Una persona recibe información "incompleta", pero suficiente como para poder completar el estímulo ( la habilidad del cierre en una persona depende del conocimiento previo apropiado).
  • Continuidad: Los elementos que siguen un patrón o dirección tienden a agruparse como parte del patrón, en esta figura tendemos a percibir una línea ondulada completa que cruza tres protuberancias cuadradas, aunque se justificaría percibir la figura como dos líneas separadas.

ILUSIÓN ÓPTICA

Ni la experiencia y el conocimiento evita que en numerosas ocasiones la percepción nos someta a engaño. Cuando eso sucede se dice que experimentamos "ilusiones" y se sabe cuáles son las más comunes dentro de un ámbito observable. Las ilusiones que conocemos y que se han identificado se sabe asimismo que están sometidas a la influencia de la cultura y que varía entre las diferentes culturas.Las ilusiones dependen de nuestros procesos perceptuales, de los cuales en general no estamos conscientes, y que pueden ser sorprendentes, ocurren por estímulos que implican claves engañosas que hacen crear percepciones inexactas, hasta imposibles. Generalmente, los psicólogos distinguen entre ilusiones "físicas" y "perceptuales".

Ilusión Física: Es debida a la distorsión de la información que llega a las células receptoras.

Ilusión Perceptual: Se debe a las claves engañosas en los estímulos y que dan lugar a percepciones inexactas o imposibles.

ILUSIONES

Ilusión de Muller- Lyer: Dos líneas de igual longitud parecen desiguales al observador, dependiendo de los demás elementos que completan.

Fenómeno fi: Unas luces que se encienden y se apagan a una cierta velocidad, dan al espectador "ilusión de movimiento". Este fenómeno es muy común y muy utilizado en publicidad, ya que los anuncios que utilizan movimiento (o apariencia de éste) suelen ejercer una fuerte atracción.

Ilusión de Ponzo: Las líneas de igual longitud parecen desiguales cuando se colocan entre líneas convergentes.

La observación prolongada de las figuras que suelen producir estas ilusiones pueden conducir a un establecimiento del error perceptivo.En cualquier situación perceptiva interviene por un lado el sujeto que percibe y el objeto o situación que es percibido y al que nos referimos como estímulo. Existe pues una interacción entre ambos. Ahora bien, en esa situación puede ser más o menos preponderante la intervención de uno u otro de estos elementos.

Si el estímulo, ya sea una situación u objeto, está bien estructurado o claro y que no de lugar a confusión, tenderá a ser percibido de forma similar por diferentes personas. En este caso, las características del estímulo tiende a producir percepciones muy diversas. Pensemos, como ejemplo fácil, en un bodegón de pintura abstracta o imaginemos una situación de extrema emergencia, y la situación de respuesta diferente que se producirá entre pedir donantes de sangre y donantes de sangre de tipo B. En los casos de estímulos no estructurados son las propias característica del sujeto, su personalidad, motivaciones e intereses los que constituyen en mayor grado modelar la percepción.

Es evidente que es menor el esfuerzo requerido para interpretar un estímulo estructurado que otro que no lo esté, pero también la capacidad creativa del individuo tiene más posibilidad de actuación en una situación no estructurada aunque por otro lado, la falta de iniciativa ocasiona en otros individuos un grado mayor de conformismo al guiarse por las opiniones de otros sujetos en quien poder apoyarse,

Los estímulos no estructurados se han solido emplear en la elaboración de test proyectivos de personalidad precisamente por el hecho de que es el propio sujeto el que expresa sus tendencias, motivaciones y actitudes en su interpretación.

PERCEPCIÓN SUBLIMINAL

Cualquiera que sea el órgano sensorial que intervenga, es evidente que para la captación de un estímulo se necesita una suficiente intensidad de éste y un cierto tiempo de exposición a él, cuya duración puede variar dependiendo de la sensación de que se trate. Sin embargo, existe un nivel en el que, no se sabe bien como, los estímulos se produce por debajo del umbral perceptivo absoluto. Esta percepción que tiene lugar con estímulos presentados en un espacio tiempo que impide darse cuenta de ellos recibe el nombre de "subliminal" y. aunque se ha intentado estudiar su mecanismo, no se dispone de datos precisos. En cualquier caso su utilización está prohibida, entre otras, por razones éticas, ya que el individuo no está en condiciones de defenderse de semejante manipulación.

PERCEPCIÓN DE LA PROFUNDIDAD

La imagen formada en la retina es bidimensional, sin embargo existen ciertos mecanismos que hacen posible la percepción de profundidad. En esta, junto a los factores de orden psicológico intervienen los de tipo fisiológico a los que nos referimos como indicios, monoculares y binoculares, dependiendo de la actuación de uno o ambos ojos. Entre los factores cabe destacar los mecanismos oculares de "acomodación" (que implica el grado de curvatura del cristalino que puede ser efectuado por cada uno de los ojos independientemente por lo que constituye un indicio monocular), "la convergencia" ( que precisa que ambos ojos) y la disparidad retiniana.

Los indicios son más generales de que nos servimos para apreciar la profundidad son: Perspectiva lineal, Interposición, sombras, convergencia.

  • Perspectiva Lineal: las líneas paralelas parecen converger a medida que se extienden en el horizonte, esto proporciona una sensación de profundidad. También los objetos distantes parecen juntarse.
  • Interposición: De dos o más objetos trazados en el plano, parece más cercano al observador aquel que se interpone al otro, es decir el que tapa parte de la imagen del otro u otros objetos.
  • Sombras: Los sombreados suelen dar sensación de profundidad, siendo ésta su técnica muy empleada en fotografía para tales efectos.
  • Convergencia: Cuando los objetos están a muy poca distancia de la vista del observador, los ojos efectúan un giro que ocasiona la convergencia de ambos, es decir los ojos convergen más cuando se fijan en objetos cercanos, siendo esta capacidad otro indicio del que nos valemos para la percepción de profundidad. La perspectiva de profundidad se advierte ya a edad temprana según se desprenden experimentos efectuados con niños pequeños (Gibson y Gessell).

PRIVACIÓN SENSORIAL

La "privación sensorial" ( mínima estimulación) o la "sobrecarga sensorial"( gran cantidad de estimulación), pueden exceder las capacidades normales de "adaptación sensorial" de una persona. Cuando esto sucede se pueden dar patrones inusitados de respuesta (tales como alucinasiones ). Parece que las personas son incapaces de continuar interpretando correctamente los estímulos ambientales, si se mantienen por un tiempo prolongado condiciones extremas de sobrecarga o de privación sensorial.

BIBLIOGRAFÍA

BARON, Robert. Psicología. México: Prentice Hall, 1996. P. 131 – 133, 135 – 138.
DAY, R. H.. Psicología de la Percepción Humana. México D. F.: Ed. Limusa–Wiley, 1973. 227 p.
FELDMAN, Robert. Psicología. México D.F.: Mc Graw Hill, 1999. 646 p.
GIOVETTI, Paola. Los fenómenos paranormales. Santafé de Bogotá: Ediciones Paulinas, 1992. 192
WEB SITE: http://manesweb.8k.com/18.htm- sin correspondencia bibliográfica

DOCUMENTO No 4

Descubierto el umbral de la conciencia visual

La percepción consciente ocurre 270 milisegundos después de un estímulo

Un equipo de científicos franceses ha podido observar, a través de imágenes cerebrales, cómo se activa la conciencia a partir de un estímulo provocado. Ha descubierto que la percepción consciente ocurre 270 milisegundos después de la aparición de un estímulo visual. También ha comprobado que hay percepciones registradas por el cerebro que no llegan a la conciencia, al quedar por debajo de este umbral. Esta investigación ayudará a comprender mejor algunas enfermedades mentales y contribuye a sentar las bases del pretendido modelo científico de la conciencia. Por Eduardo Martínez.


La percepción consciente, que conduce a la conciencia visual, ocurre alrededor de 270 milisegundos después de la presentación de un estímulo y es precedida de una serie de etapas neuronales no conscientes que han podido ser caracterizadas con precisión, según una investigación cuyos resultados han sido publicados esta semana en la revista Plos Biology.

La proeza la ha conseguido un equipo francés formado por investigadores del CEA, del Inserm de NeuroSpin y del CNRS, que han difundido un comunicado conjunto.

El equipo ha pretendido averiguar el papel del cerebro en la percepción consciente y cómo reacciona cuando se alcanza el umbral de la conciencia. Según el Diccionario Larousse, la conciencia es la percepción más o menos clara de los fenómenos que nos informan de nuestra propia existencia y lo que este equipo ha conseguido es identificar algunos de los procesos cerebrales que sustentan la percepción consciente.

Para la investigación, los investigadores propusieron a voluntarios sanos dos tipos de estímulos experimentales. El primer estímulo era una cifra que constituía el objetivo de la percepción consciente. El segundo estímulo consistía en muchas letras que desempeñan la función de encubrir el primer estímulo (la cifra).

Es decir, los voluntarios veían simultáneamente una cifra y muchas letras y tenían que estar atentos para descubrir la cifra en medio de tantas letras. Lo que variaba era el intervalo entre la aparición de las cifras y las letras, provocando este lapsus de tiempo diferentes reacciones cerebrales y diferentes niveles de percepción consciente.


Imágenes cerebrales

La actividad cerebral de los voluntarios era seguida a través de la electro-encefalografía de alta densidad, que permite medir a nivel de la superficie craneal la actividad eléctrica cerebral. A través del análisis de las imágenes cerebrales obtenidas durante el experimento de percepción alfanumérico, fue posible observar dos fases distintas en el transcurso de la actividad de la corteza cebrebral.

En la primera fase de la actividad del córtex, que ocurre antes de 270 milisegundos (un milisegundo es el período de tiempo que corresponde a la milésima fracción de un segundo) se activaban las regiones cerebrales posteriores asociadas al reconocimiento de los estímulos visuales.

Lo sorprendente es que esta activación puede ocurrir incluso en ausencia de cualquier percepción consciente, manifiestando así el cerebro una especie de percepción no consciente. Es decir, aunque el sujeto no registre la percepción, el cerebro sí lo hace, evocando así la percepción subliminal.

En la segunda fase de la actividad observada en el córtex, después de 270 milisegundos, las regiones más profundas del lóbulo frontal y parietal se movilizaron para la propagación y amplificación de la actividad cerebral desencadenada con el experimento, originando así la percepción consciente.

Lapsus de tiempo

De esta forma, pudo comprobarse que la percepción del primer estímulo (numérico) depende del período de tiempo de presentación transcurrido entre los dos estímulos. Es decir, cuanto más tarden las letras en aparecer, más fácil resulta percibir conscientemente la cifra.

Cuando la presentación de los estímulos es casi simultánea, el primer estímulo ni siquiera es percibido por la conciencia, a pesar de que el cerebro registra actividad, permaneciendo misteriosamente “invisible” a la conciencia. Por el contrario, cuando el tiempo transcurrido entre la presentación de los dos tipos de estímulos es mayor, el sujeto percibe conscientemente el primer estímulo.

De esta forma, ha podido evaluarse el umbral de acceso a la percepción de los estímulos (la así llamada conciencia visual) y estudiar los cambios de actividad cerebral cuando se franquea este umbral consciente.

Este trabajo, según sus autores, podría ayudar a comprender mejor los mecanismos neuronales que constituyen el origen de algunas enfermedades asociadas a un déficit de los procesos conscientes, como ya había demostrado este equipo al abordar la esquizofrenia.

30 años de investigaciones

El estudio científico de las bases cerebrales de conciencia ha alcanzado significativos progresos en los últimos treinta años, particularmente a través de la comparación entre cerebros sanos y cerebros enfermos.

Muchas enfermedades neuropsicológicas se originan por disociaciones a veces importantes que han permitido identificar los principios generales de una neurofisiología de la conciencia, particularmente la asociada con la percepción visual.

Al tema de la conciencia nos hemos referido ya en diversas ocasiones. Ya sabemos, por ejemplo, que la conciencia se genera en la parte posterior del córtex cerebral, según explicamos en otro artículo, y que incluso la conciencia puede asociarse con los procesos cuánticos (ver nuestro artículo sobre el Quantum Mind).

Respecto a la comprobación de una percepción cerebral ajena a la conciencia, también sabemos ya que el cerebro utiliza de manera consciente la información subliminal para el desarrollo correcto de tareas completamente conscientes, según explicamos en otro artículo.

De estas y otras aproximaciones se ha intentado sentar las bases de un modelo científico de la conciencia, que todavía está lejos de haberse conseguido, si bien trabajos como el de estos científicos franceses constituyen un progreso considerable.

La posibilidad de estudiar las bases neurológicas de la conciencia es sin embargo objeto de polémica debido a las dificultades del método científico clásico para integrar la experiencia de un sujeto a sus marcos de referencia.

Sin embargo, algunos avances significativos se han producido debido por un lado a las nuevas tecnologías, que permiten observar en directo las reacciones cerebrales, y por otro al mejor conocimiento de las enfermedades asociadas a mecanismos cerebrales. Pero todavía queda un largo camino para sentar las bases neurológicas de una realidad tan sutil como es la conciencia.

BIBLIOGRAFIA:

ARTICULO TOMADO DEL:

Domingo 30 Septiembre 2007

Web: TENDENCIAS CIENTIFICAS

REALIZADO POR Eduardo Martínez

http://www.tendencias21.net

DOCUMENTO No 5

El lenguaje condiciona parcialmente la percepción visual

Una investigación confirma que afecta al campo de visión que tenemos a nuestra derecha

Un estudio realizado por dos universidades norteamericanas ha confirmado que el lenguaje afecta a la percepción humana, aunque lo hace de una forma particular: sólo modifica lo que vemos a nuestra derecha, mientras que el campo de visión situado a nuestra izquierda no es alterado por el lenguaje. Anteriores investigaciones habían determinado que el idioma nativo desempeña también un papel fundamental en la percepción, ya que dependiendo de la riqueza del vocabulario, el cerebro construye tantas imágenes de la realidad como las que describre una lengua. El nuevo estudio ha confirmado que el vocabulario también contribuye a modificar la percepción. Por Yaiza Martínez.


Las representaciones visuales están influenciadas por el lenguaje, confirma un estudio realizado por la University of California, en Berkeley, y por la University of Chicago, cuyos respultados publica la revista Proceedings of National Academy of Sciences. La Universidad de Chicago ha difundido asimismo un comunicado sobre esta investigación.

El estudio ha descubierto que el lenguaje afecta a la percepción humana sólo en la mitad derecha del campo de percepción, es decir, a lo que vemos a nuestra derecha, mientras que el campo de percepción situado a nuestra izquierda no se ve afectado por el idioma que hablamos.

La función del lenguaje es procesada predominantemente en el hemisferio izquierdo del cerebro, que recibe información visual directamente del campo visual derecho. Por lo tanto, tiene sentido que el lenguaje procesado en el hemisferio izquierdo influya más en nuestra percepción del campo visual derecho que en la del campo visual izquierdo.

Este extraño fenómeno ha sido comprobado en pruebas experimentales realizadas en el laboratorio Richard Ivry’s de la University of California en Berkeley. Un grupo de estudiantes fue sometido a una serie de pruebas, al igual que un grupo de pacientes que habían sido sometidos a operaciones quirúrgicas por las que los dos hemisferios de sus cerebros habían sido separados.

Cuadros de colores

A los participantes en el experimento se les mostró un anillo formado por 12 cuadrados de colores. Todos los cuadrados eran exactamente del mismo color, a excepción de uno, que era de otro color, y que aparecía a la derecha o a la izquierda de la mitad del círculo. Los participantes debían indicar en qué lado del anillo había aparecido el “intruso” de otro color, señalándolo en las teclas de un teclado.

El color de este “intruso” tenía el mismo (verde, por ejemplo, pero en un tono distinto al de los demás) o diferente (azul, mientras los otros eran verdes) nombre que el color del resto de los cuadros. Los investigadores descubrieron que los participantes respondían más rápidamente cuando el color de dichos intrusos tenían un nombre distinto al de los demás cuadros (como si la diferencia lingüística otorgara más peso a la diferencia perceptual), pero esto sólo ocurría cuando el intruso estaba en el lado derecho del campo visual. Sin embargo, si se encontraba en el lado izquierdo no había diferencia.

Estudios previos realizados por el director de la presente investigación, Paul Kay, del International Computer Science Institute de la universidad de California en Berkeley, y sus colegas, habían comprobado que algunas distinciones de la lengua inglesa no aparecen en otros idiomas o viceversa.

Por ejemplo, el inglés emplea dos palabras para distinguir los colores azul y verde, mientras que el Tarahumara, una lengua indígena de Méjico, sólo utiliza una palabra para ambos colores. Este hecho, que puede parecer un mero consenso lingüístico, afecta realmente a la percepción del verde y del azul: los angloparlantes realmente ven dos colores: verde y azul, mientras que los hablantes del Tarahumara son incapaces de distinguir la diferencia entre ambos.

Evidencia confirmada

Un ejemplo similar es el de los esquimales (yuít, yupí e inuit), que en sus lenguas son capaces de utilizar hasta veintidós vocablos diferentes para designar el color blanco, en función del contexto: no es igual el blanco de la piel del oso que el blanco de una tormenta de nieve. Para ambos conceptos se utilizan palabras distintas. Cualquier europeo que viajara al Ártico sólo sería capaz de percibir un color, o como mucho los matices de todos los blancos que tuviera delante.

El nuevo estudio sobre la influencia del lenguaje en la percepción visual repitió la parte del test realizado a los angloparlantes en anteriores investigaciones, y confirmó que la percepción de los colores depende de su situación a la izquierda o a la derecha del campo visual, y que la diferencia lingüística profundiza en la diferencia de la percepción.

Otros estudios anteriores habían intentado determinar la posible influencia del lenguaje en la percepción, pero sólo para afirmarla o negarla. En este caso, los investigadores han ido más lejos y descubierto que se dan ambas cosas: el lenguaje parece afectar a la percepción del campo visual derecho, pero no al izquierdo. Por eso, deducen que nuestra percepción visual del mundo que nos rodea puede estar, al mismo tiempo, filtrada y no filtrada por las categorías lingüísticas.

La cuestión de si el lenguaje afecta o no a la percepción ha sido debatida durante mucho tiempo, pero no desde el punto de vista de la organización funcional del cerebro. La naturaleza de esta organización neuronal predice que, si el lenguaje afectara a la percepción, debería hacerlo más en el campo visual derecho que en el izquierdo, por las razones que se han descrito.

BIBLIOGRAFIA:

ARTICULO TOMADO DEL:

Sábado 04 Febrero 2006

Web: TENDENCIAS CIENTIFICAS

REALIZADO POR Yaiza Martínez

http://www.tendencias21.net

DOCUMENTO No 6

LENGUAJE Y PENSAMIENTO (primera parte)

Víctor Montoya (1)


EL ORIGEN DEL LENGUAJE

A pesar de las innumerables investigaciones realizadas, no se sabe con certeza cuándo y cómo nació el lenguaje, esa facultad que el hombre tiene para comunicarse con sus semejantes, valiéndose de un sistema formado por el conjunto de signos lingüísticos y sus relaciones. Aunque muchos investigadores tratan de echar luces sobre este misterio, sus resultados no pasan de ser más que meras especulaciones. No obstante, por la observación de los gritos de ciertos animales superiores, algunos creen que tales gritos fueron los cimientos del lenguaje hablado.

Desde el punto de vista antropológico y etnológico, es indudable que el lenguaje articulado constituye una de las manifestaciones características que separan al hombre de los seres irracionales. Éstos últimos expresan y comunican sus sensaciones por medios instintivos, pero no hablan, a diferencia de los seres dotados de conciencia. Por lo tanto, si tuviésemos que añadir un sexto sentido a los cinco tradicionales, sin duda alguna ésta sería el habla, ya que la lengua, además de servir para el sentido del gusto y otras funciones cotidianas, tiene la aplicación de emitir sonidos articulados, una particularidad que, como ya dijimos, nos diferencia de los animales inferiores con los que compartimos: vista, oído, tacto, olfato y gusto.

De otro lado, el animal no es capaz de planificar sus acciones, puesto que toda su conducta instintiva está determinada por su sistema de reflejos condicionados e incondicionados. La conducta humana, en cambio, se define de forma absolutamente diferente. La situación típica del individuo es el proceso de planteamiento y solución de tal tarea por medio de la actividad intelectual, que se vale no sólo de la experiencia individual, sino también de la experiencia colectiva. Consiguientemente, el hombre, a diferencia de los animales inferiores, sabe planificar sus acciones, y el instrumento fundamental para tal planificación y solución de las tareas mentales es el lenguaje. Aquí nos encontramos con una de sus funciones más elementales: la función de instrumento del acto intelectual, que se expresa en la percepción, memoria, razonamiento, imaginación, etc.

Los primeros signos articulados por los pitecántropos, que habitaron en Asia y Africa, data de hace unos 600.000 a. de J.C. Después vinieron otros homínidos cuya capacidad craneal, superior al "Homo erectus", les permitió fabricar utensilios rudimentarios y descubrir el fuego, pero también idear un código de signos lingüísticos que les permitiera comunicar sus sentimientos y pensamientos. Durante el paleolítico (aproximadamente 35.000 a. de J.C.), tanto el "Hombre de Neandertal" como el "Hombre de Cro-Magnon" dan señales de que poseían un idioma comunicativo y una anatomía equiparable a la del hombre moderno. Quizás éstos sean algunos posibles "momentos" en la evolución del lenguaje humano, desde la remota época en que el "Homo sapiens" hacía simples gestos acompañados de gritos o interjecciones -a la manera de ciertos animales-, hasta la descripción oral de los objetos que le rodeaban y la designación de ideas mediante sonidos que suponían el aumento de la capacidad de abstracción; un periodo en el que nacen las primeras lenguas, coincidiendo con el desplazamiento de los hombres primitivos.

Con el transcurso del tiempo, los hombres primitivos empezaron a vivir en pequeños grupos familiares, usando un lenguaje que era de uso exclusivo del grupo, con palabras que expresaban una idea común para todos. Poco a poco se fueron reuniendo en comunidades más grandes, formando tribus y poblados. Algunos grupos se desplazaron a lugares más o menos lejanos buscando nuevos territorios donde se podía encontrar caza y pesca, mientras otros se trasladaron en busca de regiones más cálidas, generalmente junto a los ríos, donde construyeron sus chozas y consolidaron su lengua materna. Valga aclarar que si los habitantes de un lugar carecían de relaciones con los de otros, no es nada probable que usaran el mismo lenguaje para comunicarse entre sí, lo que hace suponer que desde el principio hubo varias lenguas, y no una sola "lengua madre" como generalmente creen los defensores del mito bíblico sobre "La Torre de Babel".

La filología comparada, en su estudio sobre las relaciones entre las diversas lenguas, no ha logrado encontrar ninguna esencialmente primitiva de la cual provengan todas las demás; ninguna "lengua madre" universal, y únicamente asigna la denominación de "lenguas madres" a aquellas de las cuales se han derivado algunos idiomas, como el latín, que es la "lengua madre" del francés, español, portugués, italiano y otras lenguas neolatinas.

Los antropólogos, etnólogos y lingüistas, desde Luis Heyre (1797-1855) hasta la fecha, han realizado profundas investigaciones en procura de averiguar la posible existencia de un primitivo origen del lenguaje, estableciéndose diferentes hipótesis encaminadas unas a las relaciones psicofísicas entre las sensaciones de la visualidad y las auditivas; otras, tomando como fundamento de la formación natural del lenguaje, la evolución progresiva impuesta por el entorno social, y motivado por las necesidades del ser humano. Se ha pensado en la onomatopeya, en la observación del lenguaje infantil, en la expresión de sentimientos, en las interjecciones, etc. Pero los más destacados psicólogos y lingüistas -a la cabeza de Antonio Meillet (1866-1936)-, han llegado al reconocimiento de que hallar un lenguaje primitivo único es un problema insoluble, por lo que se limitan a clasificar las lenguas y señalar las raíces de las que consideran más primitivas.

En cualquier caso, se debe añadir que la evolución del lenguaje ha sido paralela a la evolución del hombre desde la más remota antigüedad. Los idiomas que abundan en la actualidad, agrupadas en las ramas de un mismo tronco lingüístico, siguen causando controversias entre los investigadores, puesto que el estudio del origen del lenguaje es tan complejo como querer encontrar el "eslabón perdido" en el proceso de humanización de nuestros antepasados.

Una sociedad, por muy organizada que esté, es incapaz de fijar definitivamente el lenguaje, porque éste se forma progresiva y gradualmente, por lo que no existe ninguna lengua que pueda llamarse completa por no existir ninguna que exprese todas nuestras sensaciones y todas nuestras ideas. No obstante, el humano, como cualquier ser social por naturaleza, necesita relacionarse con sus semejantes, hablando y escuchando, y el principal instrumento de comunicación es el lenguaje, cuyo sistema, constituido por signos verbales o palabras, hace que los individuos se entiendan entre sí. De no existir el lenguaje, tanto en su forma oral como escrita, sería más difícil la convivencia social y más primitiva nuestra forma de vida. Además, gracias al lenguaje ha sido posible lograr grandes éxitos en el conocimiento y dominio de las fuerzas de la naturaleza.

¿EL LENGUAJE ES INNATO O ADQUIRIDO?

En la lingüística, como en otras ciencias del conocimiento humano, existe una disputa entre el empirismo y el nativismo. El nativismo sostiene que la capacidad de ver, oír, pensar y hablar son actos innatos o genéticos. En cambio los empiristas, a la cabeza de los behavioristas o conductistas, están convencidos de que el niño aprende a hablar porque imita a los adultos -sobre todo a la madre- y porque tiene necesidad de manifestar sus necesidades y deseos. Según los empiristas, el niño aprende el idioma de la misma manera que otras destrezas físicas y mentales. Es decir, mediante la llamada "conducta operante", que está determinada por la influencia de factores externos o adquiridos y no así por medio de factores innatos o genéticos.

Así como los empiristas están convencidos de que el niño aprende a articular y combinar sonidos, los nativistas y los psicólogos del Gestalt, que rechazan categóricamente la teoría de que el entorno social sea el único factor determinante en el desarrollo idiomático, están convencidos de que el habla es un don biológico con el cual nacen los humanos, y que la experiencia cognitiva es apenas un estímulo para su desarrollo posterior. De ahí que el psicólogo Arnold Gesell, a diferencia de John B. Watson y Brurrhus Skinner, sostiene la concepción de que gran parte del desarrollo lingüístico del individuo está determinado por factores de maduración interna, y no por las simples influencias del entorno social.

El desarrollo idiomático del individuo, en consecuencia, no se puede explicar desde la "psicología del aprendizaje" o conductismo, sino desde la perspectiva biológica; más aún, si se considera el complicado proceso lingüístico que se genera en el cerebro humano. Según J. Jackson (1835-1911), "cada función realizada por el sistema nervioso es garantizada no por un grupo reducido de células, sino por una complicada jerarquía de niveles de la organización fisiológica del sistema nervioso. En otras palabras, para que la persona pronuncie una palabra no es suficiente con que se activen el grupo de células de la corteza de los hemisferios del cerebro ‘responsable’ de esto… En la gestación de la palabra participan, según su naturaleza, estructura ‘profundidad de yacimiento’, diversos mecanismos cerebrales… En el mantenimiento de los procesos lingüísticos toman parte tanto los más elementales mecanismos fisiológicos del tipo ‘estímulo respuesta’ (E-R) como mecanismos específicos que poseen estructura jerárquica y exclusivamente características para las formas superiores de actividad lingüística". (Petrovski, A., "Psicología general", 1980, pág. 193-94).

DOCUMENTO No 6

LENGUAJE Y PENSAMIENTO ( segunda parte)

Para el pensador y lingüista norteamericano Noam Chomsky -padre de la "gramática generativa"-, el idioma es una suerte de computadora que funciona de manera automática, como los procesos de asociación antes de pensar. Chomsky plantea la teoría de que el niño tiene una programación genética para el aprendizaje de su lengua materna, desde el instante en que las normas para las declinaciones de las palabras, y la construcción sintáctica de las mismas, están ya programadas genéticamente en el cerebro. Lo único que hace falta es aprender a adaptar esos mecanismos gramaticales al léxico y la sintaxis del idioma materno, que, en el fondo, es una variante de una gramática que es común para todas las lenguas, sin que esto quiera decir que exista -o existió- una "lengua madre universal" de la cual derivan todos los idiomas hasta hoy conocidos (Jeffmar, C., "Moder Utvecklingspsykologi", 1983, pág. 66).

El segundo análisis crítico lo dirige Chomsky contra el behaviorismo o conductismo, que contempla el comportamiento lingüístico como un conjunto de estímulos y respuestas (E-R) o, lo que es lo mismo, contra una concepción externa de la lengua. Si el dualismo fue catalogado de error, el conductismo fue considerado irracional, además de igualmente erróneo. El concepto de que el lenguaje sea algo adquirido del entorno social contrasta con la teoría defendida por los nativistas, según la cual el lenguaje es un producto interior de la mente/cerebro del hablante, independiente de las experiencias y los conocimientos adquiridos del entorno social por medio del proceso de aprendizaje.

Con todo, tanto las teorías chomskianas y nativistas han sido motivos de controversias, sobre todo, cuando los empiristas y behavioristas, que no aceptan la existencia de una gramática innata y programada en el cerebro humano, señalan que las diferencias gramaticales existentes entre los idiomas son pruebas de que el lenguaje es un fenómeno adquirido por medio del proceso de aprendizaje. Noam Chomsky, por su parte, responde que estas diferencias se presentan sólo en la estructura superficial de los idiomas, pero no en la estructura profunda. Es decir, si en la estructura superficial se advierte las diferencias gramaticales de los distintos idiomas, en la estructura profunda se advierte una gramática válida para todos los idiomas, pues cada individuo, al nacer, posee una gramática universal que, con el tiempo y gracias a un contexto social concreto, se convierte en una gramática particular.

Asimismo, aparte de las dos teorías mencionadas, se debe añadir la concepción de los "interrelacionistas", quienes consideran que el lenguaje es un producto tanto de factores innatos como adquiridos, ya que el lenguaje depende de impulsos internos y externos, que están determinados de antemano, lo que presupone la preexistencia de sentimientos y pensamientos. Al faltar los conceptos internos -por diversos motivos- falta también la facultad del habla, como en los recién nacidos o en los impedidos mentales. Pero para hablar, además de un contenido psíquico mínimo, hace falta el estímulo externo, el impulso de expresarse y hacer partícipes a los demás de nuestros estados de ánimo. De ahí que el estudio del desarrollo idiomático del individuo es tratado no sólo por la psicolingüística, sino también por la sociolingüística, que estudia cómo el idioma influye y es influido en la interrelación existente entre el individuo y el contexto social, habida cuenta que el lenguaje, además de ser un código de signos lingüísticos, es el acto de expresar ideas y sentimientos mediante la palabra; más todavía, cuando el lenguaje es el primer patrimonio familiar que recibe el recién nacido, a quien le acompaña desde la cuna hasta la tumba, y es la herencia, a veces la única, que transmite a sus descendientes.

¿PRIMERO ESTÁ EL LENGUAJE O EL PENSAMIENTO?

Si para el polémico Noam Chomsky, el idioma es una especie de computadora que funciona de manera automática, como los procesos de asociación antes de pensar, entonces habría que suponer que el lenguaje está primero. La "teoría reguladora" explica que la acción y el pensamiento dependen de la capacidad lingüística de la persona, en tanto el psicólogo suizo Jean Piaget, cuya teorías cognitivas son ampliamente conocidas, sostiene que el lenguaje es, en gran medida, el producto del desarrollo de la acción y el pensamiento, ya que tanto la palabra como la idea son imágenes observadas y no a la inversa. Empero, no faltan quienes aseveran que durante el desarrollo intelectual del individuo hay una interrelación dialéctica entre el lenguaje y el pensamiento. De modo que responder a la pregunta si primero está el lenguaje o el pensamiento, es lo mismo que responder a la pregunta si primero está el huevo o la gallina.

De cualquier modo, las tres teorías fundamentales que responden a la pregunta de si primero está el lenguaje o el pensamiento se pueden sintetizar así:

La teoría de: "el lenguaje está antes que el pensamiento" plantea que el idioma influye o determina la capacidad mental (pensamiento). En esta corriente lingüística incide la "gramática generativa" de Noam Chomsky, para quien existe un mecanismo idiomático innato, que hace suponer que el pensamiento se desarrolla como consecuencia del desarrollo idiomático. Por lo tanto, si se considera que el lenguaje es un estado interior del cerebro del hablante, independiente de otros elementos adquiridos del entorno social, entonces es fácil suponer que primero está el lenguaje y después el pensamiento; más todavía, si se parte del criterio de que el lenguaje acelera nuestra actividad teórica, intelectual y nuestras funciones psíquicas superiores (percepción, memoria, pensamiento, etc).

La teoría de: "el pensamiento está antes que el lenguaje" sostiene que la capacidad de pensar influye en el idioma. No en vano René Descartes acuñó la frase: "primero pienso, luego existo". Asimismo, muchas actitudes cotidianas se expresan con la frase: "tengo dificultad de decir lo que pienso". Algunos psicolingüistas sostienen que el lenguaje se desarrolla a partir del pensamiento, por cuanto no es casual que se diga: "Una psiquis debidamente desarrollada da un idioma efectivo". En esta corriente lingüística esta la llamada "The cognition hypothesis" (La hipótesis cognitiva), cuya teoría se resume en el concepto de que el "pensamiento está antes que el lenguaje". Pero quizás uno de sus mayores representantes sea Jean Piaget, para quien el pensamiento se produce de la acción, y que el lenguaje es una más de las formas de liberar el pensamiento de la acción. "Piaget indica que el grado de asimilación del lenguaje por parte del niño, y también el grado de significación y utilidad que reporte el lenguaje a su actividad mental depende hasta cierto punto de las acciones mentales que desempeñe; es decir, que depende de que el niño piense con preconceptos, operaciones concretas u operaciones formales. (Richmond, P. G., "Introducción a Piaget", 1981, pág. 139).

La "teoría simultánea" define que tanto el lenguaje como el pensamiento están ligados entre sí. Esta teoría fue dada a conocer ampliamente por el psicólogo ruso L.S. Vigotsky, quien explicaba que el pensamiento y el lenguaje se desarrollaban en una interrelación dialéctica, aunque considera que las estructuras del habla se convierten en estructuras básicas del pensamiento, así como la conciencia del individuo es primordialmente lingüística, debido al significado que tiene el lenguaje o la actividad lingüística en la realización de las funciones psíquicas superiores del hombre. Asimismo, "El lenguaje está particularmente ligado al pensamiento. Sin embargo, entre ellos no hay una relación de paralelismo, como frecuentemente consideran los lógicos y lingüistas tratando de encontrar en el pensamiento equivalentes exactos a las unidades lingüísticas y viceversa; al contrario, el pensamiento es lingüístico por su naturaleza, el lenguaje es el instrumento del pensamiento. Lazos no menos fuertes ligan al lenguaje con la memoria. La verdadera memoria humana (intermediadora) más frecuentemente se apoya en el lenguaje que en otras formas de intermediación. En igual medida se realiza la percepción con la ayuda de la actividad lingüística" (Petrovski, A., "Psicología general", 1980, pág. 205).

Así pues, las diversas teorías que pretenden explicar el origen del lenguaje, las funciones del pensamiento y sus operaciones concretas, son motivos de controversias entre los estudiosos de estas ramas del conocimiento humano. Empero, cualquier esfuerzo por echar nuevas luces sobre este tema, tan fascinante como explicarse los misterios del universo, es siempre un buen pretexto para volver a estudiar las ciencias que conciernen al lenguaje y el pensamiento de todo ser dotado de capacidad racional y sentido lógico.

BIBLIOGRAFÍA

Jeffmar, Christer: "Moder Utvecklingspsykologi", Ed. Studentlitteratur, Lund, 1983.

Petrovski, A. : "Psicología General", Ed. Progeso, Moscú, 1980.

Richmond, P. G.: "Introducción a Piaget", Ed. Fundamentos, España, 1981.

(1) Nació en La Paz, Bolivia, el 21 de junio de 1958. Su infancia transcurrió en las poblaciones mineras de Siglo XX y Llallagua, escenarios constantes de su mundo literario. En 1976, como consecuencia de sus actividades políticas, fue perseguido, torturado y encarcelado. Estando en el Panóptico Nacional de San Pedro y en las cárceles de mayor seguridad de Chonchocoro y Viacha, escribió su libro de testimonio Huelga y represión, hasta que, en 1977, tras ser liberado de la prisión por una campaña de Amnistía Internacional, llegó exiliado a Suecia. Es egresado de la Escuela Superior de Profesores de Estocolmo, en cuya Institución Pedagógica cursó estudios de especialización. Dictó lecciones de quechua en institutos, coordinó proyectos culturales en una biblioteca, dirigió Talleres de Literatura Infantil y ejerció la docencia durante varios años. Actualmente colabora en publicaciones de América Latina y Europa.Reside en Estocolmo desde 1977 y es responsable de la edición digital de Narradores Latinoamericanos en Suecia: http://www.narradores.cjb.net/

DOCUMENTO No 7

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Voto(s)

Lenguaje y tecnofilosofía

Javier del Arco (1) (primera parte)

El lenguaje como sonido articulado mantiene una relación con el pensamiento más estrecha que las de otros sistemas de comunicación humana. El lenguaje tiene una condición oral básica. Lo constitutivo del lenguaje pasa por la capacidad biológica del hombre de adquirirlo, producirlo y comprenderlo en su materialidad sonora. Pueden existir lenguas naturales sin escritura, pero no lenguas escritas sin oralidad. De entre decenas de miles de lenguas habladas por el hombre en el curso de su historia, tan sólo 106 han sido plasmadas en literatura. La condición oral básica del lenguaje es permanente.

Tal vez éste sea el principal motivo por el cual, desde Saussure en adelante, las principales corrientes de la lingüística se han dedicado al estudio del lenguaje oral, considerando a la escritura como sistema subsidiario, una mera representación o transcripción del lenguaje hablado.

Diferenciándose del colectivo principal de estudiosos sobre el lenguaje, los miembros de la llamada Escuela de Toronto, que agrupa al círculo de investigadores formados por el teórico de la comunicación Marshall Mc Luhan , han recogido el reto de estudiar los sistemas secundarios de expresión lingüística, o sistemas secundarios, considerados clásicamente como sistemas derivados de la oralidad.

Este grupo se compone de autores académicos canadienses, y está conformado por autores como Walter Ong , Jack Goody , Elizabeth Einsenstein , el más reciente Derrick de Kerkhove , para algunos heredero de las principales ideas de Mc Luhan, y también David Olson el cual, aunque su objeto de estudio se identifica con el de la Escuela de Toronto, sus conceptos hacen mucho más complejo el entramado compuesto por escritura, pensamiento y cultura, evitando los determinismos tecnológicos en los que algunas veces, el grupo de Toronto no puede evitar caer.

1. La escritura como tecnología

Según Ong, la escritura es la "consignación de la palabra en el espacio”. La escritura brinda una nueva potencialidad al lenguaje y da una nueva estructura al pensamiento. Sin embargo en todos los textos escritos vive la palabra oral: “leer un texto consiste en recuperar sus sonidos, en voz alta o en la imaginación”. La escritura es un sistema secundario de modelado: no puede haber escritura sin oralidad, pero sí existen lenguas orales sin escritura.

La escritura ha representado un adelanto tardío en la historia del hombre. La primera escritura que conocemos apareció por primera vez entre los sumerios en Mesopotamia alrededor de los años 3500 a.C. La grafía cuneiforme de los sumerios, que data de esa época, es la más antigua que se conoce. Se derivó, al menos parcialmente, de un sistema para registrar transacciones económicas.

La escritura es un dispositivo de almacenamiento información externo a la memoria. Pero no es el primero. Antes de la invención de la escritura las sociedades utilizaban diferentes recursos: una vara con muescas, hileras de guijarros, etc. También han expresado determinados pensamientos con dibujos, pero los dibujos representan a los objetos y no a las palabras.

Pero ¿en qué momento una huella, una pintura o un símbolo se convierte en escritura? Si mediante el dibujo de un árbol se representa al objeto "árbol", mediante el signo escrito "árbol” se representa no al objeto, sino al sonido de la palabra “árbol”. Cada una de las cinco grafías que componen esta palabra escrita representa un sonido lingüístico, un "fono". Así, una oración es la consignación de un enunciado completo que en algún momento ha sido oral, o podría haberlo sido.

La escritura entonces, representa enunciados orales, y no objetos, como puede suceder con sistemas pictográficos o visuales, tales como los de señales, de expresión. ¿Cómo puede representarse mediante un dibujo la palabra "no", la actitud de interrogación, la consignación de una orden?

Mil quinientos años después de los primeros sistemas de escritura, los griegos crearon el primer alfabeto con vocales. El alfabeto que lo precedía, el semítico, carecía de vocales, por lo que el lector tenía necesariamente que hablar la lengua para poder reponer las vocales que les faltaban en la lectura. En el caso del alfabeto griego, el lector no necesariamente debía hablar la lengua para poder leer.

Este nuevo alfabeto tenía un poder democratizador muy amplio e incluía una facilidad para el aprendizaje: los niños podían aprender a leer desde muy niños, sin dominar la totalidad de las palabras de la lengua griega, a diferencia de sistemas ideográficos como el chino, por cuanto en él cada imagen representa una palabra, y su dominio completo requiere también plena dedicación, por lo que se transformó y aún en la actualidad así ocurre, en un sistema reservado tan sólo para las elites estudiosas.

Al tratarse de una tecnología cuya función primordial es la de almacenar información fijándola en un soporte externo a la memoria, es natural que a partir de su invención se produjeran cambios ligados a las prácticas que se basan en el intercambio, el almacenamiento y la manipulación de información.

De este modo, desde la producción de conocimiento hasta las transacciones comerciales se vieron afectadas por el progresivo traspaso de la oralidad como instrumento de comunicación dominante hacia el dominio de la escritura. Por supuesto que, hasta la aparición de la escritura, el pensamiento se relacionaba netamente con la oralidad, por lo cual si el lenguaje oral se desarrolla en un tiempo y una acción que tienen lugar solamente en el presente de la enunciación (es decir en el tiempo real en que se desarrollan los enunciados), la reflexión sobre los hechos acaecidos en el pasado queda entorpecida, toda vez que el pasado se esfuma en las palabras ya dichas.

La escritura hizo posible el registro de los acontecimientos, y a partir de este hecho nuclear, las prácticas asociadas al estudio, el examen de los hechos pasados, la observación sistemática del mundo, fueron posibles. También lo fue la revisión de los enunciados que querían comunicarse, lo que fue determinante para la construcción del conocimiento científico y la actividad académica, basada principalmente en prácticas discursivas como la argumentación y la refutación.

La información y el conocimiento adquirieron un estatuto diferente, puesto que en la instancia oral resultaba imposible separar lo dicho de quien lo decía, separación que se materializa a través de la escritura: en los textos las palabras están solas, y sólo se rescata la imagen del autor a través de las huellas lingüísticas en los textos: el estilo, que nos hace reconocer que un cuento, La biblioteca de Babel, por citar uno que nos gusta, es de Borges, o que tal titular corresponde, casi con seguridad, a un periódico determinado.

Muchos de los reparos contra los ordenadores y las telecomunicaciones que se oyen hoy en día no son novedad; fueron ya dirigidas hacia la escritura por Platón en el Fedro, en el año 374 a.C. Pese a nuestra devoción por el magno filósofo ateniense, en ese Diálogo, Platón lanzaba algunas diatribas, lo siento pero así se llaman, al definir la escritura como mera tecnología: "la escritura es inhumana al pretender establecer fuera del pensamiento lo que en realidad sólo puede existir dentro de él". “La escritura es un objeto, un producto manufacturado, y en segundo lugar, destruye la memoria: la escritura debilita el pensamiento”.

Claro que esto son diatribas y no muy acertadas. Pero hasta el más sabio echa un borrón y el gran Platón no podría ser menos. Así patentizó su carácter humano.

Platón consideraba a la escritura del mismo modo que hoy se considera al ordenador. También la imprenta recibió en su día críticas semejantes cuando comenzaba a difundirse. La escritura, la imprenta y la computadora son todas ellas formas de tecnologizar la palabra. Son transformaciones tecnológicas de la oralidad primaria original.

Como en la actualidad hemos interiorizado la escritura de un modo tan profundo, nos cuesta verla como una tecnología. Pero lo cierto es que necesita de todo un equipo de herramientas para materializarse: tanto plumas como tintas, papeles u otras superficies. Existe una línea de continuidad entre escritura, imprenta y ordenador. Bien, de todas ellas la escritura como tal, es la innovación más radical: la reducción del sonido dinámico al espacio inmóvil.

En contraste con el habla natural, la escritura es completamente artificial ¿Quién nos ha enseñado a hablar? Hemos aprendido naturalmente, gracias a una herencia genética y biológica que nos ha dotado de una capacidad de adquirir el lenguaje, propia de la especie humana. Pero ¿quién nos ha enseñado a leer y escribir? Es probable que podamos identificar ese proceso de aprendizaje con un espacio y un tiempo determinados, y hasta con una persona: alguien nos ha enseñado de acuerdo a pautas diseñadas conciente e institucionalmente por el sistema educativo: la mayoría de nosotros ha aprendido a leer y a escribir en el colegio, ese lugar donde la naturaleza de la mayoría de los individuos toma contacto con las normas y las pautas sociales, convirtiéndose entonces en un ser social y tecnologizado.

¿Qué queremos decir con esto? Que si las tecnologías acompañan al hombre en su evolución histórica y social de un modo adecuado, lo modelan y lo transforman profundamente. Por ejemplo, la psicología cognitiva ha descubierto que trastornos cerebro-vasculares pueden producir trastornos en la lectura o en la escritura, aún cuando se conserven normales actividades lingüísticas orales, tales como producir oraciones complejas, nombrar objetos, o comprender el lenguaje hablado.

Esto quiere decir que, en su evolución, el hombre ha incorporado la escritura a su actividad cerebral: la artificialidad de la tecnología ha modelado la naturaleza del hombre. Del mismo modo, Bruce Mazlisch nos recordaba cómo la estructura del esqueleto humano, especialmente sus extremidades, se habían adaptado al uso de las primeras herramientas en la prehistoria.

2. Algunas dinámicas de la textualidad.

En los discursos orales, no se puede separar lo dicho de quién lo dice. Esto no sucede en los textos escritos: las palabras que se encuentran en un texto están allí solas, sin la presencia física de su autor, y sin la necesidad de un lector. Sin embargo, la oralidad siempre vuelve: en todo texto se rescatan las huellas dejadas por su autor, y los indicios que construyen al lector. El contexto extra-textual también se ausenta, pero puede rescatarse.

Después de todo, la actividad de la lectura consiste no sólo en decodificar los símbolos gráficos que se extienden sobre una superficie, sino también inferir las intenciones del lector, recomponer el contexto válido en función del cual ese enunciado ha sido creado, y respetar las claves que el texto asigna a sus lectores. En la no disolución de esas categorías, originadas todas en la oralidad, se demuestra el carácter secundario de la escritura respecto de la originalidad primaria del lenguaje oral.

Toda palabra escrita puede ser borrada o corregida. Ninguna instancia semejante ocurre en la oralidad, al contrario, en los discursos orales se trata de evitar los errores y las enmiendas: las correcciones en el lenguaje oral se toman muchas veces como inseguridades o inexperiencia del orador, en tanto que las correcciones en el discurso escrito se consideran de modo diferente.
Pensemos en autores como Baudelaire o Flaubert, que hacían de la corrección un arte, calificándose a sí mismos como "orfebres de la escritura".

No por ser la escritura un sistema secundario, oralidad y escritura han evolucionado separadamente. Por el contrario, la creación de la escritura alfabética generó una mayor conciencia de los sonidos que componen el habla oral: los fonemas, expresión mínima en que se dividen los sonidos lingüísticos, fueron "inventados" en el tiempo post-escritural. Lo mismo ocurrió con las gramáticas, que en realidad lo fueron en el tiempo en que se generalizó el uso de la imprenta.

La invención de las gramáticas está muy vinculada a la necesidad, por vez primera, de establecer normas para separar lo que es correcto lingüísticamente de lo que no lo es. En este sentido, las gramáticas son las primeras normativas sobre el lenguaje que consideran a la lengua un patrimonio de Estado, que puede regular sobre ellas. Tal es el caso de la primera gramática española, la gramática de Nebrija, creada en el mismo momento en que la imprenta comenzaba a generalizarse, pero también en los tiempos en que los musulmanes y judíos fueron expulsados de España. La gramática pudo nacer, entre otras cosas, para intentar borrar las influencias de estas culturas sobre la lengua española. Mediante la separación del conocedor y del conocido, la escritura posibilita una introspección más fuerte que la oralidad, no sólo frente al mundo objetivo, sino también frente a la propia subjetividad del lector. El hombre sólo pudo tener una plena conciencia de su subjetividad y de sus ideas frente al mundo una vez que pudo desarrollar la lectura individual en voz baja, y esto no ocurrió hasta los orígenes de la modernidad.

Antes del advenimiento de los tiempos modernos, la escritura hizo posible dos hechos capitales que perduran hoy:

-Las grandes religiones monoteístas, ya que sólo a través de la escritura éstas fueron posibles, puesto que todas ellas poseen Escrituras Sagradas.

-El conocimiento científico, surgido a partir de la aparición del racionalismo simbólico de Aristóteles.

La escritura ha agudizado la precisión analítica en las prácticas que han llevado al hombre a obtener un mayor conocimiento del mundo que lo rodea. A las palabras escritas se les exige en general mayor precisión que a las orales, ya que al desaparecer el contexto, el orador, el tono de voz y los elementos indicativos de la oralidad, sólo podemos valernos de las palabras para producir la desambiguación de los contextos y los significados posibles.

Elementos que en la oralidad se encuentran implícitos en la entonación de la voz, o en la relación entre el contexto situacional y el enunciado, se hace necesario explicitarlos en la escritura. Gran parte de los guiones cinematográficos o los textos de las obras teatrales se ven obligados a reflejar explícitamente situaciones que en la oralidad original se encontrarían implícitas en las acciones comunicativas de los participantes.

Pero la escritura tiene aún mayores alcances. No sólo nos lleva a analizar con mayor agudeza el objeto de conocimiento, sino que según algunos autores, su extensión en el uso ha coincidido con el desarrollo del hemisferio cerebral izquierdo, que es justamente la parte del cerebro que se dedica a procesar el pensamiento analítico. Si seguimos entonces la idea de Kerkhove, vemos una vez más cómo la transformación tecnológica del lenguaje ha producido transformaciones en el modo en que el ser humano procesa información. Se podría entonces dar por buena la frase del Profesor Rubia Vila que sintetiza este razonamiento al decir que: “El cerebro es un órgano capaz de construir realidades”.

La transición entre oralidad y escritura fue lenta. En las universidades de la Edad Media, los textos se usaban mucho más que en la Antigua Roma, pero los conocimientos de los alumnos eran puestos a prueba en forma oral y no escrita. Esta mecánica siguió así hasta el siglo XIX, y las defensas orales de las tesis académicas son probablemente un vestigio de la primacía de la oralidad en la academia medieval.



DOCUMENTO No 7

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Lenguaje y tecnofilosofía

Javier del Arco (1) (segunda parte)


3. La palabra impresa y el surgimiento del pensamiento moderno.

Aún después de que hubiese pasado largo tiempo tras la aparición de la imprenta, el proceso auditivo siguió dominando al texto impreso, aunque el último finalmente superó al primero. También los primeros textos impresos se crearon para una lectura en voz alta, conectada con lo auditivo, pero luego dieron paso a una lectura rápida y silenciosa. La lectura silenciosa crea relaciones diferentes entre el autor y lector.

Por otra parte la escritura para la imprenta comprende un conjunto de acciones ejercidas sobre los textos por parte de correctores, editores, agentes literarios, y otros, además de revisiones profundas por parte del lector. La aparición de índices marca un avance hacia la separación de la palabra en relación con el sonido, y remarca el carácter espacial de la palabra escrita. Las primeras portadas aparecen también con la imprenta.

Los textos manuscritos medievales no tenían portada, y muchas veces tampoco tenían título: eran concebidos como un pasaje hacia la oralidad, puesto que se preveía su lectura en voz alta a grandes grupos. Pero a partir de la imprenta, el libro pasa a ser una especie de objeto cerrado que contiene información, no ya enunciado plasmado por escrito.

¿Qué efectos tuvo lo impreso sobre la formación del pensamiento occidental? Con el tiempo, lo impreso desplazó al arte de la retórica, de fundamentos orales, del centro de la educación académica.

Los efectos fueron múltiples e importantes:

-Se produjo un aumento del cuerpo de conocimientos disponibles, fluían por doquier textos literarios, de ensayo o pedagógicos. Aparecieron también los primeros diccionarios exhaustivos. Y resultaba evidente ante este panorama la necesidad de escribir "lo correcto", puesto que el objeto se reproducía en serie, lo que dio lugar a la creación de las primeras gramáticas.

-También permitió algo mucho más sutil: que surgiese la vida personal privada que caracteriza a la sociedad moderna. Nos explicaremos: paulatinamente fue rediciéndose el tamaño de los libros y estos quedaron dispuestos para ser leídos de manera individual, que primero era en voz baja, hasta la lectura del todo silenciosa. La consideración del libro como objeto, dio lugar al establecimiento paulatino de otro estatuto para la palabra: ser tratada como una propiedad privada. En el mismo momento en que se generaliza el uso de la imprenta nacen las leyes de protección de derechos de autor.

La imprenta da lugar también al debate crítico que se extiende hasta la actualidad sobre intertextualidad. En la cultura del manuscrito la intertextualidad se daba de hecho, ya que los copistas siempre introducían elementos propios o ajenos en los textos que copiaban. Lo impreso produce una sensación de finitud, de conclusión.

Sin embargo algunos autores verán en esa clausura un efecto de sentido configurado según los diferentes modos de leer que se consagran históricamente. Por ejemplo, en períodos como el romántico, cuando la lectura consistía en la exégesis del texto, es decir, en encontrar el sentido último y único del texto, vinculado con las intenciones comunicativas del lector, el texto daba la impresión de cerrado y único.

No sucede lo mismo con las teorías modernas de la recepción, que postula que el sentido de un texto varía en tanto se configura a partir de una lectura social, o las estructuralistas, que abogan por la polisemia, o las más cercanas a la semiótica, que bucean en las relaciones intertextuales que conecta un texto con otros.

Los aparatos electrónicos no están reemplazando a los libros impresos, sino que aumentan su producción. Esto se debe por una parte a que existe más material registrado en diferentes soportes al que luego se le puede dar formato de libro. Por otra, la composición realizada en el ordenador reemplaza las formas más antiguas de composición, y rebaja los costos de las publicaciones.

La escritura electrónica por otro lado, produce una suerte de oralidad secundaria, basada en el uso de la escritura y del material impreso: es también comunitaria, se concentra en el presente, se basa en un sentido de grupo, pero genera grupos mucho mayores y de mucho más amplia distribución territorial que la oralidad primaria y la escritura tradicional.

Pero las cosas no terminan aquí. La escritura digitalizada llevada a la Red, fluye por Internet creando múltiples efectos, entre otros, el reciente Universo 2.0 de relaciones interactivas en tiempo real que conforman nuevos modelos de interacción social e incluso nuevas sociedades complejas.
Llega así el momento en el que la escritura digitalizada y móvil, fluyendo por la red, conforma un nuevo mundo en el estricto sentido de la palabra.

4. Relaciones entre oralidad, escritura y pensamiento. La escritura como un modelo de lenguaje.

Evitando toda relación causal, en su libro El mundo sobre papel, David Olson postula que si bien la escritura es modelada por la oralidad, ésta última también a su vez es modelada por la escritura. El lenguaje oral sufre transformaciones a partir de la generalización de la escritura. De hecho el grupo de Toronto encuentra amplias diferencias entre la oralidad de una lengua que no tiene escritura, llamada oralidad primaria, de las lenguas que sí la poseen. La oralidad que surge en una cultura post-literaria tiene una naturaleza diferente, es una oralidad secundaria.

El lenguaje oral y el pensamiento son habilidades cognitivas que construyen la naturaleza del hombre, y se encuentran íntimamente desarrollados. Por esto, si se quieren determinar las implicaciones cognitivas de las tecnologías de comunicación, primero hay que examinar las relaciones entre éstas y el lenguaje oral.

En este sentido, Olson formula ocho principios mediante los cuales la escritura se constituye no como una transcripción del habla, sino como un modelo para ésta:

-El primer principio: la escritura otorga mayor conciencia sobre el habla, en términos de morfología, sintaxis y fonética. En las culturas con escritura, la oralidad se asienta sobre categorías que la escritura ha hecho conciente.

-El segundo principio: como ningún sistema de escritura vuelve consciente todos los aspectos de lo dicho, un sistema de escritura es un modelo de algunas propiedades de la lengua. Esto es, la escritura es sólo capaz de representar lo dicho, pero no las actitudes del hablante. La escritura no puede representar la fuerza de la locución, es decir la intención exacta con la que un enunciado se pronuncia.

-El tercer principio: es difícil hacer conciente lo que la escritura no representa. Por ejemplo, si el alfabeto representa a los fonemas de la lengua, es difícil tener conciencia de los fonemas si no se asocia alfabeto-fonema. A veces lo que más nos gusta de algunos escritores de literatura narrativa o incluso poética, es el modo en que pueden dar cuenta de instancias orales y corporales en la escritura, y el modo en que sus diálogos pueden recuperar la instancia de la oralidad. Muchas veces, esa representación fiel y detallada de una conversación es apreciada como un gesto artístico de gran valor. Pero no sucede lo mismo en las comunicaciones interpersonales electrónicas, que en cierto modo reproducen una instancia oral en la pantalla. En ese caso, no siempre contamos con las palabras correctas para transmitir rápidamente la intención comunicativa de un enunciado. En la escritura electrónica, los llamados "emoticonos" cumplen la función de transmitir la fuerza de la locución que la escritura en el chat no nos permite realizar. Los emoticonos intentarían en ese caso, expresar lo que la escritura no puede hacer conciente.

-El cuarto principio: una vez que la escritura como modelo es asimilada, resulta difícil pensar en ella como un modelo de lenguaje, sino que tiende a ser tomada como un hecho dado objetivamente.

-El quinto principio: los poderes expresivos y reflexivos del habla y la escritura son complementarios, y no similares. En la historia de las tecnologías de la información, cada nueva tecnología no ha reemplazado a otra precedente, en tanto no puede cubrir todas las funciones de la tecnología anterior; más bien la ha incluido y trascendido, de manera que su naturaleza es holárquica . Por ejemplo si bien la escritura no puede alcanzar la potencia expresiva del habla en tanto no puede reproducir en forma precisa la entonación y la intención comunicativa de un acto de habla, agrega la posibilidad de adquirir mayor conciencia sobre el lenguaje. En este sentido, se producen ganancias y pérdidas en el paso del dominio de la expresión oral hacia el dominio de la expresión escrita.

-El sexto principio: el acto de lectura consiste en realizar una inferencia sobre las instancias orales que desaparecen en el texto escrito. En este sentido, aprender a leer es aprender a inferir una intención comunicativa, su auditorio, su contexto, y su relevancia. Una de las ganancias que proporcionó la práctica de la lectura fue la introducción de la actividad interpretativa. Con la generalización de la imprenta la actividad de interpretación de textos fue fundamental para la construcción de la subjetividad moderna. El acto interpretativo es individual, por lo que refuerza el autoconocimiento del hombre, y le permite reflexionar sobre su propio pensar. Pero a la vez, la identificación de sus inferencias interpretativas con las de otras personas que comparten de un modo u otro un conocimiento necesario para la interpretación del mensaje, es lo que lo integra a una comunidad que comparte sus mismos textos y códigos de lectura. La lectura nos integra a una cultura, y saber leer es de algún modo integrarse en una cultura. Por ejemplo, saber leer un texto jurídico, en el sentido de interpretarlo correctamente haciendo las inferencias necesarias para comprender el sentido del texto, nos incluye en una red de actores sociales vinculados con el derecho, sea como firmantes de un contrato, como demandantes, como jueces o como abogados. Siendo la nuestra una cultura escrita, nos autoexcluiremos automáticamente toda vez que no podamos leer correctamente el cuerpo textual de una comunidad dada. En una cultura dominada por la escritura, aprender a leer no consiste únicamente en asociar grafemas con fonemas, sino unir esa habilidad con la de inferir la intención comunicativa del autor, su auditorio, su contexto, y la relevancia del texto para una comunidad textual determinada.

-El séptimo principio: Una vez que los textos se leen de un modo modo, la naturaleza es leída de un modo análogo. El lenguaje crea las categorías necesarias para la observación de la naturaleza. En los orígenes de la ciencia moderna, los hechos observables eran los que podían ser representados a través del lenguaje.

-El octavo principio: La fuerza de locución de un texto es la expresión de una intencionalidad, por lo tanto los conceptos necesarios para representar el modo en que debe tomarse un texto proporcionan los aquellos otros también necesarios para representar los estados de la mente. Un modo de decir las cosas expresa un modo de pensar las cosas. Concienciamos nuestros estados mentales a partir de tener palabras que los nombran.

Mediante el análisis de estos ocho principios, Olson muestra que la relación entre escritura y pensamiento es una relación compleja, donde no se pueden establecer relaciones simples y deterministas. El análisis de la relación entre la escritura y el pensamiento moderno debe pasar por varios ámbitos, no se puede establecer una relación lineal.

El primer ámbito es el conjunto de las transformaciones que la escritura produce en el lenguaje oral, y de allí la transformación del pensamiento, ligado estrechamente a la oralidad. El segundo tiene que ver con la aparición de nuevos conceptos ligados a las nuevas prácticas sociales que instaura la escritura, como el concepto de interpretación, posibilitado por la lectura individual, el de autorreflexión sobre el propio pensar del hombre, a partir de la posibilidad de releer y corregir los textos en los procedimientos de edición, y el de refuerzo de la conciencia lingüística, a partir de pasar a ser hablantes de la lengua a usuarios de la escritura y la lectura, definiendo y controlando los tiempos de procesamiento de información, y ganando autonomía en esos procesos frente a los actos de lectura grupal y en voz alta típicos de la Edad Media.

El tercero, es el paso de un pensar sobre las cosas a pensar sobre las representaciones de las cosas, posibilitando el pensamiento abstracto. Por último, pertenecer a una misma comunidad textual implica también la construcción de una condición social. A partir de los procesos de difusión de la lectura y la escritura comienza el ideal moderno del progreso a través de la ilustración y el conocimiento.

Según Derrick de Kerkhove, el alfabeto se convirtió en el concepto más importante que ocupó la mente, el alma y el cuerpo de todas las culturas humanas, hasta el descubrimiento de la electricidad. Según el mismo autor, el procesamiento de información estructurado de forma secuencial de izquierda a derecha, con una preeminencia del hemisferio izquierdo sobre el resto de la anatomía humana, y que llevó al hombre a un procesamiento de información autónomo, se mantuvo intacto hasta el advenimiento de los medios electrónicos, la televisión, la informática y las telecomunicaciones.

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(1) Director de la Fundación Vodafone España.Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid y en Filosofía por la UNED, en la actualidad es Asesor Científico, Cultural y para temas de Formación, de la Fundación Vodafone.Ha organizado más de 80 Seminarios y Congresos.Coordina 3 masters en las Universidades Politécnica de Madrid, Politécnica de Barcelona y Universidad de Málaga sobre Comunicación Móvil y Sociedad de la Información.Coordinador del proyecto Aulas Fundación Vodafone.Coordinador del Proyecto de Infoinclusión e Integración Social de dicha Fundación. Artículo para http://www.tendencias21.net