SIA, como estrategia para desarrollar pensamiento complejo
By Mg. Giovanni Salazar Valenzuela
La educación y el reto del siglo XXI
Hoy, más que nunca, la educación no se limita a transmitir
conocimientos. El desafío es formar personas integrales, capaces de
actuar con éxito en lo laboral, lo social, lo cultural, lo familiar y lo
personal.
En este contexto, las instituciones educativas —y en
particular la educación básica y media— están llamadas a implementar estrategias
pedagógicas y didácticas innovadoras que vayan más allá de la memorización.
Se trata de formar ciudadanos críticos, creativos y reflexivos, con
pensamiento complejo para enfrentar los retos del siglo XXI.
Ya la Declaración Mundial sobre la Educación Básica y
Media y la Ley General de Educación lo han señalado: no basta con
dominar contenidos; es necesario promover competencias comunicativas,
analíticas, críticas, creativas y de trabajo en equipo.
¿Por qué pensar en estrategias nuevas?
El mundo contemporáneo es plural, cambiante e incierto. De
ahí que se requiera avanzar hacia estrategias pedagógicas integrales que
promuevan el desarrollo de las dimensiones corporal, cognitiva, comunicativa,
ética, espiritual y estética del ser humano.
Es aquí donde aparece el Seminario Investigativo Alemán
(SIA) como una opción valiosa. Una metodología que une la investigación con
la docencia, y que puede convertirse en herramienta para fortalecer el
pensamiento complejo.
El Seminario Investigativo Alemán: origen y sentido
El SIA nació en Alemania hacia finales del siglo XVIII como
alternativa a la cátedra tradicional. Su intención fue clara: integrar
investigación y docencia en un mismo espacio.
En la práctica, un grupo de personas se reúne en torno a un
tema de interés, comparte hallazgos, analiza aciertos y errores, discute
colectivamente y deja constancia escrita de lo trabajado en un protocolo.
Su objetivo fundamental es la formación integral del ser
humano hacia la libertad, mediante el ejercicio permanente de distintos
roles. Así, el SIA no es solo un método académico, sino un proceso de construcción
de saber y de ser.
4. Ventajas pedagógicas del SIA
¿Por qué vale la pena aplicar el SIA en nuestras aulas?
Porque abre horizontes de comprensión y ofrece beneficios concretos:
- Favorece
la lectura crítica y profunda de textos, especialmente clásicos.
- Permite
analizar, comparar, valorar, sintetizar y construir argumentos.
- Promueve
una hermenéutica activa: filosofar, interpretar, discutir.
- Se
convierte en un espacio de diálogo grupal donde cada voz aporta.
- Utiliza
materiales diversos: desde textos hasta recursos gráficos y digitales.
- Desarrolla
habilidades para escuchar, escribir, exponer y debatir.
En otras palabras: el SIA convierte la clase en un laboratorio
de pensamiento crítico y colectivo.
Temas posibles en un SIA
El SIA es flexible y puede aplicarse a cualquier campo del
saber. Algunos ejemplos son:
- Análisis
de un texto o autor.
- Comparación
de teorías o corrientes.
- Fundamentos
de una verdad o teoría científica.
- Investigación
sobre un punto específico de la ciencia o la filosofía.
- Reflexión
personal y creativa sobre un problema social, cultural o tecnológico.
Lo esencial es que el tema se aborde con rigor
investigativo y apertura al debate.
El SIA y el pensamiento complejo
El paradigma de la complejidad, propuesto por Edgar
Morin, invita a superar el pensamiento simplificador que fragmenta la realidad.
El SIA encarna esta visión porque:
- Conecta
las partes con el todo.
- Enseña
a afrontar la incertidumbre y navegar entre certezas relativas.
- Integra
dimensiones biológicas, sociales, culturales y éticas.
- Promueve
el diálogo interdisciplinario y transdisciplinario.
En palabras de Morin: “El pensamiento complejo integra lo
simplificador, pero rechaza las consecuencias mutilantes del reduccionismo”.
Así, el SIA se convierte en un espacio de formación para la inteligencia
relacional, crítica y creadora.
Interdisciplinariedad y complejidad: un marco necesario
Alfonso Borrero ha planteado que el conocimiento atraviesa
varias etapas —de la experiencia a la sabiduría— y que requiere diálogo entre
disciplinas. Morin, por su parte, critica un sistema educativo que fragmenta y
simplifica, dejando invisibles los fenómenos complejos.
El SIA responde a este reto al generar espacios de
convergencia donde ciencias, humanidades, artes y tecnologías dialogan. Se
trata de preparar al estudiante para analizar situaciones inciertas, tomar
decisiones críticas y construir propuestas innovadoras en contextos diversos.
El SIA como herramienta interdisciplinaria
En los trabajos mancomunados, el SIA se convierte en una herramienta
clave para la interdisciplinariedad:
- En
la multidisciplinariedad, permite yuxtaponer saberes.
- En
la pluridisciplinariedad, facilita que una disciplina dialogue con otras.
- En
la interdisciplinariedad propiamente dicha, propicia integración y
sinergia.
- En
la transdisciplinariedad, abre posibilidades para crear nuevas
disciplinas híbridas.
De este modo, el SIA no solo forma en contenidos, sino que
prepara para el trabajo colaborativo en problemas complejos.
Conclusiones: aprender en clave de complejidad
El Seminario Investigativo Alemán (SIA) se presenta
como una estrategia pedagógica que trasciende la enseñanza tradicional para
convertirse en un espacio de formación integral. Su valor radica en que une
investigación y docencia en un proceso dialógico, participativo y crítico,
donde los estudiantes no son receptores pasivos de información, sino constructores
activos de conocimiento.
En un mundo caracterizado por la complejidad, la
incertidumbre y la interdependencia global, el SIA constituye una práctica
que favorece el pensamiento complejo descrito por Edgar Morin: un
pensamiento capaz de relacionar partes y totalidades, de navegar entre certezas
e incertidumbres, de integrar múltiples disciplinas y de reconocer la dimensión
ética y planetaria del ser humano.
Al propiciar la lectura crítica, el debate argumentado, la
escritura reflexiva y el trabajo colaborativo, el SIA no solo forma
competencias cognitivas, sino también competencias éticas, comunicativas y
ciudadanas, indispensables para el siglo XXI.
Por ello, más que una metodología, el SIA es una herramienta
de reforma educativa: permite articular saberes, generar pensamiento
interdisciplinario, y formar ciudadanos que comprendan y transformen su
realidad con responsabilidad social y sentido global.
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